Peloteros de Pudahuel piden cancholias sintéticas para no contaminar:
"Se nos pega el piñén hasta en la lengua al pichanguear"
Jugadores están chatitos de levantar más tierra que escoba nueva en antiguos campos.
EL PERRO EMPOLVADO
UN ALCALDE VERDE
En las canchas de tierra de Pudahuel los cracks trancan con los ojos, chutean con los dientes y cabecean con la cabeza, como toda la gente. Hace más de 30 años un grupo de peloteros transformó unos terrenos pelados junto a la calle Gómez Bonilla en campos de juego que, salvo unos arcos y camarines, siguen igual de pelados.
El drama se complica porque debido a su ubicación la comuna es una de las más contaminadas de Santiago. Por eso el alcalde Johnny Carrasco (vea más abajo) le pidió al gobierno que se ponga con pasto sintético para atenuar el efecto de las tormentas de polvo.
El gásfiter Pato Manríquez (62) fundó hace 37 años el club Unión Departamental. Era puntero izquierdo y le decían "el precio del pan", porque nunca bajaba. Tenía más cintura que una avispa y chuteaba con las dos piernas. A veces hacía goles, dicen...
Para la vieja gloria el polvo siempre ha sido un tema. "Después de un partido quedamos con piñén hasta por debajo de la lengua, pero menos mal que ahora hay duchas. Antes teníamos agua caliente y se robaron los calefones. También se robaron una galería completa para hacer fuego", apuntó.
A pesar que la cancha que usan es una de las que se mantiene en mejor estado, el terreno donde juega Unión Departamental es conocido como "la cama de piedras".
Los niños antes de jugar recolectan un puñado de piedras cada uno y no pasa nada. El terreno es un verdadero vergel, porque las piedras brotan sin necesidad de plantarlas. Por generación espontánea.
Hace diez años intentaron poner pasto, pasaron un rodillo gigante y el piso quedó tan blando que, según el viejo delantero, "salían champas y uno chuteaba para adelante y la pelota salía para atrás".
"Los más afectados con el polvo son los niños. Algunos sufren asma y no pueden jugar. La tierra se mete por los ojos y se seca la garganta.
- ¿Está de acuerdo con don Johnny?
- ¡Claro! Con una cancha sintética quedaríamos fenómeno.
ENFERMANTE
Ángela Campos está a cargo del cuidado de varias canchas y sabe del drama. "Para el verano el polvo es enfermante. Pura tierra. Lo otro es durante el invierno, cuando llueve el barrial es total.
"EL COSTO DE UNA CARPETA NO ES NADA COMPARADO AL TRANSANTIAGO"
Hubo alerta ambiental preventiva ayer en Santiago, porque el domingo el aire era más tóxico que hacer gárgaras con agua del Mapocho. La estación que mide el aire en Pudahuel registró 327 puntos de cochinada.
El alcalde Johnny Carrasco tendrá poco pelo, pero muchas ganas para reclamar medidas que favorezcan a su comuna que ayer tuvo buena calidad del aire. Según Carrasco, para muchas personas la única forma de entretención durante el fin de semana es jugar a la pelota. "Casi todas las canchas de Bonilla son de tierra y eso en nada colabora contra la contaminación. Hablé con la ministra Ana Lya Uriarte (de Medio Ambiente) y ella se contactó con Chiledeportes para ver lo de las canchas de carpeta sintética".
- ¿Son muy caras?
- Una carpeta mala, que dura unos tres años, cuesta 80 millones. De calidad mediana dura 5 años a 120 millones, y una muy buena que dura 15 años: 300 millones. Eso no es mucho para un Estado que dice tener recursos. En Transantiago se ha invertido mucho, mucho más.
Sebastián Foncea M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario