Investigadores de la Universidad de Santiago presentaron recientemente el resumen de su trabajo en Congreso de Química y Física Ambiental en Viña del Mar.
Respondiendo al interés de preservar los recursos hídricos, los investigadores Jaime Pizarro y María Angélica Rubio, de las Facultades de Ingeniería y de Química y Biología, respectivamente, y las alumnas memoristas de Ingeniería de Ejecución en Ambiente, Ingrid Fortuño y Karen Rojas, estudiaron la dinámica química asociada a la presencia de metales en las aguas y sedimentos de los humedales en la laguna Carén, a fin de contribuir a la aplicación de eventuales medidas de mitigación y recuperación de las aguas para uso deportivo y/o recreacional. Este estudio fue presentado recientemente en el Congreso Nacional de Química y Física Ambiental realizado en Viña del Mar.
La inquietud por la situación de la laguna Carén surgió, considerando que está ubicada en humedales cuyas aguas son afectadas por fuentes de contaminación puntual y difusa, provenientes de las aguas superficiales de las zonas bajas de la Región Metropolitana que reciben contaminación por residuos líquidos domésticos y residuos líquidos industriales. En el valle Lo Aguirre se realizan diversas actividades entre las cuales están las de una mina de cobre (actualmente en faenas de cierre), con impactos ambientales sobre las aguas de la zona.
Por otra parte, la laguna Carén es un humedal (ocupa el 1% del área del valle) fuertemente amenazado por impactos antrópicos y con capacidad de acoger aproximadamente el 50% de la flora y fauna de la zona.
Para la medición, se realizaron campañas de muestreo (2005 y 2006) usando placas dializadoras, procedimiento que permite extraer muestras de agua desde la interfaz sedimento-agua. Las muestras fueron analizadas mediante métodos espectrofotométricos y cromatográficos.
El estudio, dice la Dra. Rubio, permitió obtener perfiles de concentración en función de la profundidad para cada especie estudiada. Sin embargo, la condición reductora de la zona límite podría estar condicionando la forma química de algunas especies como la del mercurio. Se concluyó que hay especies (mercurio) que difundirían hacia la columna de agua y otras especies que se concentran en los sedimentos (molibdeno). Como también, que condiciones reductoras y continua removilización de las aguas podrían contribuir a que una fracción de la concentración de mercurio se transfiera a la columna de agua y que, en cambio, el molibdeno se fije en los sedimentos.
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