¿No será que la atmósfera que respiran los ciudadanos del sector de Pudahuel es más bien altamente tóxica debido a su proximidad con el aeropuerto Comodoro AMB y a las emanaciones industriales del sector (a las que se añaden las sustancias tóxicas que arrastra el Mapocho) que a las que son el resultado de las actividades domésticas de los ciudadanos?
Considerando lo anterior llama la atención que la Presidenta responsabilice en sus declaraciones a todos los ciudadanos de manera vaga y general acerca del deterioro progresivo de ese bien común que es el aire que respiramos, sin que la CONAMA le haya suministrado la información acerca de quienes contaminan más en la región del Gran Santiago. El sentido común indica que hay quienes consumen más energía y combustibles contaminantes que otros. La desigualdad se prolonga a ese plano.
En otras palabras, si la Comisión Nacional del Medio Ambiente no lo ha hecho es porque no tiene recabada la información para que ésta sea pública. Y si no la tiene, es porque todavía no se comprende la dimensión social y económica de una crisis ecológica que tiene diversas facetas. Algunas menos visibles que otras.
La Comisión Nacional del Medio Ambiente tendría que identificar claramente en su sitio web cuáles son las empresas contaminadoras, qué tipo de energía y cuánto consumen; el impacto en términos de esmog y en gas de efecto invernadero, así como el volumen de gases contaminantes producidos por los empresarios y por los ciudadanos. Sería importante cruzar la variable ingresos. (...)
por Leopoldo Lavín Mujica - El MOSTRADOR
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